Su sabor es agradable y fresco, a limón. Sus hojas suelen utilizarse para dar aroma y sabor al té tanto frío como caliente.
La melissa es una planta de cultivo muy sencillo. Se adapta a cualquier tipo de suelo, aunque lo prefiere fértil y permeable, exposición soleada, pero con algo de sombra en regiones de verano muy cálido.
Esta planta se da en cualquier suelo bien drenado y tolera sin problemas los suelos pobres y arenosos donde el sol da con intensidad. Es necesario el abonado mineral todos los años.